Derivado del jengibre podría ser clave en el tratamiento de la artrosis
La osteoartrosis genera dolor, discapacidad y pérdida de la integridad de la estructura articular. En la actualidad sólo se puede tratar sus síntomas y disminuir su progreso, pero no existe una cura.
Regularmente el dolor articulares tratado a través de fármacos, pero también existen alimentos naturales que pueden disminuir los síntomas. El jengibre es uno de los mejores antiinflamatorios naturales, muy adecuado también para tratar los procesos relacionados con el dolor articular.
Esta raíz medicinal es uno de los alimentos recomendados para disminuir el dolor articular. En la medicina tradicional asiática se ha empleado como remedio para determinadas dolencias reumáticas, incluida la artrosis.
El jengibre es bueno para la artrosis porque permite un alivio rápido del dolor, ya que contiene gingeroles y shagaoles, dos componentes altamente antiinflamatorios y analgésicos.
Regularmente el jengibre se prepara en infusiones para tomar, algunas personas recomiendan tomarlo por las mañanas. Cabe señalar que no hay plantas que por tomarlas se curen todos los síntomas de la artrosis.
Los remedios caseros deben ser acompañados de una alimentación adecuada para ayudar a frenar el deterioro de los cartílagos y realizar el tratamiento recetado por un médico especialista.
Estudio sobre los efectos del jengibre en personas que sufrieron de un severo dolor en la articulación de la rodilla demostró un alivio del dolor. El 63% de los pacientes reportaron una mejora del dolor después de consumirlo por un tiempo.
Expertos del Instituto de Investigación de la Fundación Jiménez Díaz revelaron que existe un compuesto en el jengibre que podría ayudar a frenar los afectos de la artrosis, el 6-Shoagol.
“El compuesto derivado del jengibre, el 6-Shoagol (6-S), es capaz de frenar los mecanismos que intervienen en el desarrollo y evolución de la artrosis”, declararon los investigadores a la prensa.
A pesar de que se trataría de un avance, los especialistas han recalcado la necesidad de más estudios antes de que se pueda desarrollar un medicamento.
“Se trata de una estrategia diferente a la seguida hasta ahora en la búsqueda de fármacos para la artrosis”, detallaron los investigadores