Las inyecciones de corticosteroides son más peligrosas de lo que se creía
Desde hace algunos años se han utilizado las inyecciones de corticoides para aliviar el dolor de la artrosis de cadera y de rodilla. Los corticoides reducen la inflamación, por lo que eran considerados una buena opción para pacientes con artrosis que no respondían a otros fármacos.
Los corticoides han sido comúnmente utilizados con el fin de disminuir sus síntomas y retrasar la resolución quirúrgica. Sin embargo, hasta el día de hoy, existe debate sobre su eficacia y seguridad.
La duración del alivio de la inyección de corticosteroides depende en gran medida de la salud personal. En algunas personas, los efectos pueden durar solamente una o dos semanas, mientras que otros quedan sin síntomas por meses.
Algunas personas sienten alivio temporal del dolor debido al medicamento anestésico que generalmente se aplica con estas inyecciones, pero no obtienen alivio a largo plazo.
A pesar de que algunos doctores recomendaban las inyecciones no se han tenido estudios claros que comprueben su eficacia, incluso algunos expertos aseguraban que el éxito de éstas dependía de la zona en la que se colocará.
Sin embargo, un reciente estudio publicado en la revista Radiology, reveló que las inyecciones de corticosteroides pueden estar asociadas con complicaciones que potencialmente aceleran la destrucción de la articulación y pueden acelerar la necesidad de reemplazos totales de cadera y rodilla.
La investigación dirigida por Ali Guermazi, profesor de radiología y medicina en la Facultad de Medicina de la Universidad de Boston, encontró que entre los riesgos que sufren los pacientes con este tratamiento se encuentran:
progresión acelerada de la artrosis con pérdida del espacio articular
fracturas por insuficiencia subcondral
complicaciones de osteonecrosis
destrucción rápida de las articulaciones, incluida la pérdida ósea
Otras investigaciones ya habían revelado que los pacientes que recurren a este tratamiento corren el riesgo de desarrollar una pérdida rápida y progresiva del espacio articular o una artrosis destructiva después de las inyecciones.
De acuerdo con el doctor Guermazi, se deben de realizar más investigaciones para establecer claramente los riesgos asociados a las inyecciones de corticoides.
“Lo que queríamos hacer con nuestro trabajo es informar a médicos y pacientes de que estas inyecciones probablemente no sean tan seguras como se pensaba”, declaró el doctor.